lunes, 8 de marzo de 2010
Los jueces
Los jueces españoles, sean de la jurisdicción que sean, se han convertido en semidioses (cuando no en dioses) con derecho de pernada allá donde pazcan. Y lo digo con conocimiento de causa, que trabajo en un juzgado. Arbitrariedades y chulerías a manta se producen tanto en las salas como fuera de ellas. Lo de Gómez Bermúdez y Angeles Murillo es sólo una pequeña muestra. Las que no se conocen son a diario en juzgados no tan conocidos como los del antiguo TOP, esto es, la Audiencia Nacional. Y si vamos a las alturas del Supremo, el Constitucional (este sí que tiene trabajo con eso de tener como tótem una de las chapuzas legislativo-jurídico-políticas más grandes que han visto los siglos) o el CGPJ, ya podemos llorar a cántaros, que ahí la corrupción de la ética y de la política llega a extremos fuera de toda escala. En fin. Que la justicia profesional está al nivel de la política profesional: un asco.
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