viernes, 26 de febrero de 2010
Sobre el zinglés
Es un tema enjundioso este de la pronunciación de idiomas ajenos a uno, al menos si se es español, aunque supongo que a los aborígenes de otros barrios les pasará lo mismo. Una evidencia clara es que existe una pronunciación del inglés hecha a partir del castellano ibérico (no así del hispanoamericano) que nos hace pronunciar algunas palabras inglesas tal cual se pronuncian (house, Bruce Willis, windows), otras por aproximación (young, Cambridge, Cruise), y otras prácticamente castellanizadas (Firestone, sidecar, Spiderman, Johhny Walker).En mi opinión, esto viene de la absoluta indiferencia que el español medio (si es que existe) siente por lo ajeno, aunque habite justo al lado. En cuanto a los idiomas, le importa tres pepinos conocer mínimamente los rudimentos de otras lenguas, y casi que lo lleva a gala esto de no tener ni idea. Cuando no las desprecia directamente, caso de las otras lenguas que se hablan en la península ibérica. Y esto a su vez viene, en mi opinión, de que lo que les toca de península ha sido históricamente un lugar a menudo invadido, pero también base de un pueblo invasor, de los que no absorben la cultura de lo que invaden, sino que imponen la suya a cañonazos si hace falta. Es lo que tiene haber sido un imperio donde no se ponía el sol. Esas reminiscencias quedan.Así que para qué saber idiomas si tó er mundo é güeno y tó er mundo entiende el epañó, sobre todo si lo hablas a grito pelao.Tanto es así que cuando oyen a un español hablar en inglés a la manera de los aborígenes anglosajones resulta que les suena hasta pedante (véase a Beatriz Montañez y la parodia que hace el Gran Wyoming). Porque un español puede hablar en perfecto inglés, pero si mantiene la pronunciación castellana. Entonces hasta le entienden los que no saben inglés. Un español medio sólo se esforzará en pronunciar bien un nombre extranjero si mete goles, y no en todos los casos, como con el bético Hadzibegic, al que llamaban Pepe.
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