Se celebra estos días el Congreso
sobre la Memoria y la Convivencia montado por el Gobierno de Patxi López (lo de
Gobierno Vasco le viene ancho). En este congreso ha intervenido Shlomo Ben Ami,
exministro de Exteriores de Israel y actual presidente de una cosa que se llama
Centro Internacional de Toledo para la Paz. Le he oído en la radio y ha hablado
de la actitud que deben tener los terroristas respecto a las víctimas y el daño
y dolor causados.
Por un momento he pensado que por
fin el Estado de Israel se posicionaba ante esta cuestión tan peliaguda de su
pasado terrorista, cuando Palestina era una colonia británica y los terroristas
sionistas, que años después fundaron el Estado de Israel, asesinaban civiles a
tiros y a bombazos. Algunos de aquellos asesinos luego fueron mandatarios del
Estado judío, como Ytzhak Shamir, Ytzhak Rabin, Levi Eshkol o Menahem Begin.
Pero no. Este señor hablaba de la
violencia que durante los últimos años han practicado los palestinos contra el
Estado judío. Ya no se acuerda de cuando ellos eran los reprimidos. Es lo que
ocurre cuando usas la violencia para conseguir objetivos políticos: en cuanto
estás en el poder no te preocupas del dolor y de la sangre que has derramado
cuando eras un terrorista. Y los que ahora te hacen la puñeta a ti, pasan a ser
los terroristas y los que tienen que asumir el dolor que causan, y congreso por
aquí y ayuda a las víctimas por allá. Pero a los muertos que tú has causado que
les jodan.
De estos datos saco varias
conclusiones:
A - La violencia política
“terrorista” a veces funciona para derrocar al Poder y ocupar su puesto (Rusia,
Cuba, Israel, Argelia, Nicaragua,...), luego es lógico que sea una herramienta
muy útil para conseguir tus objetivos. Así que lo del viernes sobre “Política
de la memoria: una ética del nunca más”, suena a brindis al sol y declaración
de buenas intenciones, sin más recorrido que el que le quieras dar hasta que
vuelvas a pensar que qué buena es la violencia cuando la practico yo. Es decir,
en cuanto acabe el congreso.
B – Cuando llegas al Poder, no solo
te olvidas de los muertos causados para llegar al Poder. También de los
que causas para mantenerte en el Poder. Por ejemplo, en este fantástico
Congreso sobre Memoria y Convivencia, nadie ha hablado, ni hablará, sobre los
muertos causados por la dictadura franquista (ojo, no la guerra civil, sino la
postguerra), ni por las organizaciones paramilitares de la “democracia” (ATE,
BVE, Triple A, GAL), ni por las diversas policías. Que también ha habido
muertos, y muchos.
C – Hay personas que han podido
llevar con gran entereza toda esta presión de haber sido un asesino, y han
podido insertarse en la sociedad sin ningún tipo de remordimiento, sin ningún
tipo de rechazo. Y sin que sus víctimas hayan tenido, aparentemente, ninguna
necesidad de apelar a la memoria, la reparación, la justicia. Estas son las
personas que faltan en este congreso, y que con su experiencia pueden
iluminarnos el oscuro camino de la reconciliación y esas zarandajas, huy,
perdón, que me contagio de su lenguaje. ¿Por qué no han invitado a los
franquistas que tanto dolor causaron durante sus largos cuarenta años de
crímenes? Ellos sí que supieron superar con nota lo de la memoria, la
convivencia y esas chorradas, huy, perdón otra vez. No como esos argentinos,
hijos descarriados de la Madre Patria, que encima de robarnos su petróleo, se
dedican a juzgar a los valientes que tuvieron a raya a esa panda de
subversivos, en vez de seguir las pautas de nuestra modélica y desmemoriada
transición. Otra vez me contagio. Seguro que esos franquistas pueden aportar
mucho el miércoles con lo de “Otras experiencias ante el horror (ajeno)”. El
paréntesis es mío. Y como también son muy chistosos cuando quieren, harían
muchas risas el martes con lo de “De la dictadura a la democracia (un viaje por
hacer)”. El paréntesis vuelve a ser mío. Y, hablando de franquistas, podríamos
llegar hasta los únicos condenados de ese bando. ¿Por qué no han invitado a
Rodríguez Galindo, Barrionuevo, Vera, Sancristóbal, etc.? ¿A estos no se les
exige desfilar por la pasarela del arrepentimiento y el perdón?
D – Siguiendo con los ponentes,
llama la atención que se haya vetado a Carmen Gisasola, exmilitante de ETA, y
no a Adriana Faranda, exmilitante de las Brigadas Rojas. Encima la jugada les
ha salido rana, porque les habrá sentado a cuerno que esta dijera que la
Brigadas Rojas nunca se disolvieron, que nunca entregaron las armas, que el
perdón es algo muy particular que ha de surgir de uno mismo, y que no es bueno
que el concepto de arrepentimiento sea elevado a categoría jurídica. Los
actuales dirigentes de ETA no lo habrían dicho mejor.
E – La sola presencia en este
congreso de un indivíduo que ha sido miembro de un gobierno que una y otra vez
se salta la legalidad internacional, que incumple olímpicamente las
resoluciones de la ONU, que tiene armas nucleares no declaradas, que encierra
como animales a personas a las que previamente ha echado de su tierra para
quedarse con ella, que mata a esas personas por docenas cuando le es rentable
políticamente,... la sola presencia de un tipo así, al menos para mí, invalida
cualquier cosa que pueda salir del famoso congreso.
F – Dice el teólogo Francisco
Javier Vitoria que “las monstruosidades no las cometen los monstruos, sino
personas estándar, viviendo en otros sitios no hubiesen tenido la notoriedad de
terroristas". No sé si hace falta ser teólogo (estudios estos tan válidos
como los de los profesionales del tarot nocturno televisivo) o participante en
un congreso para soltar semejante obviedad. En otros sitios, en vez de
terroristas serían héroes, y me acuerdo de aquellos pilotos yankis de la OTAN
que salían de Wisconsin por la mañana, llegaban a la antigua Yugoslavia,
soltaban su manojito de bombas, mataban a 50 ó 60 civiles de una tacada, y
regresaban a su casa de Wisconsin a tiempo de dar el beso de buenas noches a
sus hijitos. Qué tierno. Qué poco terrorista.
G- No me parece mal que alguien
quiera montarse un congreso de nombre muy rimbombante para arrimar el ascua de
la Historia a su sardina política. Bueno, me parece mal que lo haga con dinero
público, pero a esto ya uno se acostumbra. Lo que me parece mal, de un cinismo
obsceno e indecente, es que nos quieran convencer de que aquí solo ha habido
unos muy malos y unos muy buenos. Si hay quien se lo quiera creer, allá
él/ella. Yo seguiré en mis trece de que aquí ha practicado la violencia más de
un bando, pero solo se ha perseguido a los de un bando. Ha habido víctimas en
más de un bando, pero solo se ha resarcido a las de un bando. Esto es lo que se
llama política de guerra.
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