¿Estamos entrando en la política?
Entremos, ¿por qué no?
A Sarrionandia le preguntaron en una entrevista qué era para él ser vasco. La respuesta fue muy sencilla y muy inteligente. Contestó que ser vasco es ser como todos los demás del mundo. El problema empieza cuando a uno le obligan a ser español. A esa síntesis, tan sencilla, esa forma tan simple de ver las cosas, no se llega no sé por qué. Fíjate tú si es sencillo, pero no se llega. No entiendo tanta profesionalización en la política, tantas organizaciones, tantos partidos, y a una cosa tan sencilla no se llega. Veo que hay un lenguaje instalado en este país lleno de contradicciones y asimilaciones que indican que este país ya no sabe pensar en clave de política.¿Sigue el día a día político?
No solo lo sigo, es que me hacen sufrir mucho. Porque yo estoy implicado. Yo soy vasco, qué quieres que te diga. Por eso mencionaba la anécdota de Sarrionandia. Claro que soy del mundo, del universo y de todo lo que quieras, pero lo que no quiero es que me obliguen a ser lo que no soy. Yo no tengo nada que ver con el concepto inglés o alemán o francés o español. Lo único que nos queda pendiente es una sana relación con ellos, pero eso pasa por un respeto a la libertad. Hablo, claro, desde el lado que me interesa. Yo soy vasco. Quiero un País Vasco, una Euskal Herria, como todos los demás países del mundo. Yo quiero estar relacionado al mismo nivel que cualquiera. No quiero ir de la mano de nadie.
¿Y eso cómo se consigue?
Si queremos salvar nuestra cultura, si queremos salvar nuestro idioma, eso solo se puede hacer con política. ¿Que hacen los estados independientes? Imponen su cultura. Se habla de salvar el euskera con voluntarismo y no sé qué estudios y demás. Mira, si tú unes el euskera al dinero y al trabajo, ya verás cómo se salva. Trabajar, euskera; ganar dinero, euskera. Verás tú cómo se salva. Se habla de bilingüismo estúpidamente. En este país no hay bilingüismo. No se puede vivir 24 horas al día en euskera. En español, ¿se puede vivir? Sí. No hay bilingüismo. Una lengua es obligatoria y la otra, voluntaria. Y eso se dice tan tranquilamente, yo no sé cómo no les salen los colores.
Y esta, que es de otra entrevista:
En Euskal Herria eres de los cantantes más queridos, pero fuera de aquí, eres prácticamente desconocido.
Sociológicamente eso es muy natural. Para el que canta en inglés, el mundo es todo el mundo; para el que canta en euskera, el mundo es Euskal Herria, es el mundo vasco. En el mundo hay quienes son aceptados y reconocidos, y ahí siempre chocamos con la política, y nosotros, sin embargo, no somos nada en el mundo. Nuestro pueblo está tan asimilado políticamente, tan asimilado por los dominadores, que parece que aquí no se puede hablar de política. Dicen que el euskera está politizado, como si el euskera pudiera estar al margen de la política. Todas las lenguas son política y todas las culturas son política. Tienes que relacionarte políticamente con el mundo si quieres ser algo y nosotros, políticamente, estamos muy huérfanos. Si salimos de aquí, no tenemos mercado natural. Si fuéramos un Estado, sin embargo, tendríamos mercado natural. Ese Estado estaría aceptado, estaríamos en los mapas del mundo como estás los daneses o los luxemburgueses.
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