Si tu recién estrenada pareja, con la que llevas unos meses, es de las de decir: "Es que soy un desastre" cuando hace algo mal, sobre todo si lo dice a menudo, ve pensando en dejarlo. Y si ya, con el tiempo, dice: "Ya sabes que soy un desastre", entonces sal corriendo, porque encima te está haciendo cómplice de su inutilidad. Esa es la palabra. "Soy un desastre" es la forma chupiguay de decir que se es un inútil.
Hazme caso y sigue esta regla a rajatabla, salvo que tú seas otro desastre. Te ahorrarás muchos disgustos.
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