miércoles, 3 de octubre de 2012

Así como sin querer, a cuenta ...

...de la febril actividad mostrada por la policía española en Madrid últimamente, se me ha ocurrido soltar un poco de bilis.
Todas las policías, llámense maderos, zipaios, mossos, pikolos, pitufos, municipales, todas las policías son iguales, todas, antes, ahora y siempre. Prepotentes, chulos, sádicos, salvajes, mediocres, cobardes, todo un rosario de virtudes, de las virtudes que sus mandos quieren que tengan, porque un madero que piensa es un madero que igual comprende las razones de la persona a la que está apaleando, y eso no puede ser, eso no interesa. Y en el improbabilísimo caso de que alguno fuera distinto, que los habrá, uno entre cien mil, en seguida será absorbido por el resto de la piara, que no están los tiempos como para jugarse las lentejas por unos gramos de integridad y decencia.
Qué desahogo.

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