...de la febril actividad mostrada por la policía española en Madrid últimamente, se me ha ocurrido soltar un poco de bilis.
Todas las policías, llámense maderos, zipaios, mossos, pikolos, pitufos,
municipales, todas las policías son iguales, todas, antes, ahora y siempre.
Prepotentes, chulos, sádicos, salvajes, mediocres, cobardes, todo un rosario de virtudes,
de las virtudes que sus mandos quieren que tengan, porque un madero que piensa
es un madero que igual comprende las razones de la persona a la que está
apaleando, y eso no puede ser, eso no interesa. Y en el improbabilísimo caso de
que alguno fuera distinto, que los habrá, uno entre cien mil, en seguida será
absorbido por el resto de la piara, que no están los tiempos como para jugarse
las lentejas por unos gramos de integridad y decencia.
Qué desahogo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario