martes, 24 de abril de 2012

Ertzainas en el disparadero

Ayer se concentraron un centenar de ertzainas para protestar por la campaña de criminalización (sic) que, al parecer, se está llevando en su contra a raíz del asesinato de Iñigo Cabacas. Denunciaban también que se sienten abandonados por los responsables del Departamento de Interior, y que lo están pasando muy mal. Pobrecitos. Dicen que algunos incluso están recibiendo ayuda psicológica por lo ocurrido porque están "destrozados". Hace falta ser caradura y tener poca vergüenza para venir con esas. Va a resultar que tienen su corazoncito en algún lugar de la cartuchera. Deberían tener en cuenta que otros, en vez de atención psicológica, reciben puntos de sutura, escayola, una lápida o, en el mejor de los casos, una multa.
Y que se están planteando renunciar a llevar escopetas para el operativo de "seguridad" que montarán el jueves para el partido entre el Athletic y el Sporting de Lisboa. Esta es una buena muestra de la calaña de esta gente: no quieren renunciar al uso de escopetas porque su uso les parezca una bestialidad que puede provocar muertos y heridos, como así sucede y ya sabían, sino porque si matan a alguien después les pueden echar la culpa a ellos, los pobrecitos.
Rodolfo Ares, nefasto consejero de Interior (nefasto como todos sus predecesores), ha optado por estar a buenas con sus esbirros en lugar de atender las necesidades de la ciudadanía, y ha anunciado que ha mandado al fiscal de turno la información pertinente para que investigue si en la manifestación del sábado, en protesta por el asesinato de Iñigo Cabacas a manos de la Ertzaintza, se produjo algún delito como consecuencia de los gritos proferidos por los manifestantes. Y se ha puesto manos a la obra en lo que le compete, es decir, liarse a mandar multas a los convocantes.
Que no vengan con mandangas. Ya sabemos cómo actúan, ya conocemos su prepotencia, su chulería, su brutalidad y, lo que es peor, su impunidad. Hay montones de grabaciones en las que se les ve apalear con saña y disparar a dar a gente indefensa. Que no nos cuenten milongas. Ya tienen y disfrutan de esa impunidad que reclaman, como se demostrará, una vez más, cuando la responsabilidad por la muerte del hincha del Athletic se reduzca a una sentencia absolutoria por "imposibilidad de conocer la identidad concreta del que disparó el pelotazo", o "por haberse tratado de un desgraciado accidente".
Que no nos tomen por idiotas queriéndonos convencer de que son unas pobres monjitas de la caridad. Los conocemos demasiado bien desde hace muchos años.

jueves, 19 de abril de 2012

Borbón cual Jaimito...

...pillado copiando en un examen.
¿Por qué pide perdón? ¿Por ir a cazar a Africa? ¿Por haberse roto la cadera? ¿Por no haber ido a visitar al nieto al hospital? ¿Por matar elefantes, especie en peligro de extinción?
¿Por dejarse pagar la factura por un comisionista que le debe el favor de haber intervenido para llevar el AVE a Arabia Saudí? ¿Por ser rey? ¿Por haber sido elegido por un dictador criminal? ¿Por haber esperado hasta última hora para saber cuál era el caballo ganador la noche del 23-F? ¿Por ponerle los cuernos a su esposa? ¿Por aparecer en los mails de su yerno que le meten hasta el cuello en los negocios de este? ¿Por decir en el discurso navideño que todos tenemos que atarnos el cinturón mientras él se pega la vida padre? ¿Por pegarse la vida padre a costa del dinero de los ciudadanos? ¿Podría concretar un poco más el campechano este? ¿También el gobierno le ha escrito en un papelito lo que tenía que decir?



Ah, ya me parecía a mí...


martes, 17 de abril de 2012

El modelo policial

Hace unos días moría Iñigo Cabacas, hincha del Athletic, a consecuencia de una pelota disparada por un ertzaina. Estoy por apostar todos mis discos a que nunca se sabrá el nombre del asesino, pese a que Rodolfo Ares, consejero de Interior, ha asegurado que se llegará hasta el final "cueste lo que cueste y cueste a quien cueste". La cuestión es qué entiende Ares por "el final". Ya empieza a vislumbrase ese "final": dicen desde la Ertzaintza que en varias comisarías se han encontrado cartuchos de escopeta con más pólvora de la que deberían tener, lo cual implica una mayor potencia de disparo y, en consecuencia, la inocencia del asesino, que no es responsable de los errores de fabricación de los cartuchos. Creo que voy a conservar mi colección de discos. Nunca se ha sabido el nombre de un asesino uniformado que cometiera su crimen amparado por el grupo de matones a sueldo que le acompaña en su labor represora. Nunca, y esta no va a ser la excepción.
Casualmente en estos casos sí que se aplica el principio legal de individualizar el delito y no aplicar, como sí se hace contra la izquierda independentista vasca, la presunción de culpabilidad para todo un colectivo cuando no se sabe a ciencia cierta quién ha cometido la ilegalidad. Si hay media docena de cipayos implicados porque ese día les tocaba llevar la escopeta, no se condena a nadie porque no se puede saber de quién era la pelota asesina. Aunque ellos seis sí saben quién fue.
Ha tenido que haber un muerto para que se planteen el modelo policial de la Ertzaintza. De nada han valido la lista de tuertos, lisiados y heridos provocados por la violencia brutal de los ertzainas para planteárselo. Ahora que hay un muerto, sí. Pero durante unos meses nada más, ya que la ciudadanía tiene muy mala memoria, y enseguida empezarán otra vez a despejar la calle como únicamente saben, a hostia limpia. Como muestra, un botón: en la manifestación del otro día en Bilbo en contra de la doctrina Parot, los policías que vigilaron la marcha fueron los municipales, y no los ertzainas, como habitualmente. Les daba vergüenza o así. Pero pongo en juego otra vez mi colección de discos a que dentro de poco ahí están otra vez los de casco rojo sangre a amenazar la libre expresión ciudadana.
La pena es que, siendo esta una buena ocasión para replantearse en serio el modelo policial, los de ese mundo aparte que forman los políticos profesionales y sus amigos del poder real, lo único que van a hacer es quitar las pelotas de goma maciza y poner otras algo menos macizas, que al menos no maten, aunque dejen tuertos, lisiados y heridos en medio de la calzada. Porque algo que estos días hemos podido oír es que están muy orgullosos de su pasado de violencia brutal, aunque hayan repartido estopa sin medida, a diestro y siniestro, incluso de las muertes provocadas (Rosa Zarra por un pelotazo en Donostia, Kontxi Sanchiz en Hernani).
Según ellos, el único lunar en su actuación durante todos estos años ha sido la muerte de Iñigo Cabacas. Y aún así dicen que ha sido algo totalmente involuntario. Otra mentira. Un policía que tiene una escopeta la usa, y son muchísimas las pruebas de que la usan con todas las consecuencias, tirando a dar, por mucho que digan que no. Y hay muchísimas pruebas de cómo manejan la porra, con suma violencia, con saña, humillando, pegando en cualquier parte del cuerpo y luego refugiándose en el anonimato del grupo de matones. No hay más que ver el vídeo del desalojo de Kukutza, con un hatajo de psicópatas destruyendo a patadas y porrazos la persiana de un bar. Esa es la policía que tenemos. Que no intenten convencernos de otra cosa.
Pero no se trata solo de plantearse la actitud de los policías que reprimen las manifestaciones. El trato de la policía con los ciudadanos es cada vez más prepotente, sean locales, nacionales, guardias civiles o ertzainas. Saben que son intocables y que siempre van a tener la presunción de credibilidad en cualquier conflicto. Encima con el gobierno del PP no van a tener ni que cargar con manifestantes que están haciendo una sentada pacífica. El mero hecho de no hacer nada por levantarse a requerimiento del madero de turno, va a suponer un atentado a la autoridad. Ni con Franco pasaba esto.
En Gasteiz, por ejemplo, están poniendo a circular municipales a pie para que se sienta la cercanía con el ciudadano. Pero hay que verles. Un uniforme que parece que van a la guerra. Y en vez de ayudar, a reprimir, que es lo suyo. Estás en doble fila montado en el coche en una calle por la que no pasa nadie y presto a moverte si estorbas a alguien, y ya te sueltan que te vayas de ahí, que son 200 euros de multa. Les dices que estás esperando a alguien que baja enseguida y te dicen que te vayas a dar una vuelta a la manzana o te multan. Eso es lo que entienden por "policía de barrio". Luego ves que ellos aparcan donde les da la gana para tomarse algo en un bar, o dejan la moto en medio de un carril para fumarse un cigarro porque "son policías", como tuve que oír una vez.
Habrá mil ejemplos de estos comportamientos cotidianos, que no hay que irse solo hasta los "prodisturbios" para replantearse todo esto. En el día a día hay mil actitudes manifiestamente mejorables. Un madero es la autoridad, pero no el abuso de autoridad. No sé qué coño les enseñan en sus famosas academias, pero parece que al psicólogo y al educador les rescindieron el contrato hace años. Los cambiaron por un curso de cómo recaudar pasta a mansalva.
Como en esta época si algo cambia es a peor, esta no iba a ser la excepción. La economía se cae, el paro crece imparablemente, la gente se queda en la puta calle sin un techo que le cobije, cada vez hay más desesperados sueltos, y, en consecuencia, la policía tiene que ser más eficaz que nunca para proteger las haciendas y privilegios de los señoritos. Los maderos son ese penúltimo muro que separa a los poderosos de la realidad. Y los muros, para que aguanten bien, tienen que ser de buen hormigón armado, sobre todo bien armado.

Argentina se pone compadrita, che.

El gobierno argentino ha expropiado la parte que Repsol manejaba en YPF. Y ya suenan tambores de guerra económica y Mariano Rajoy amenaza con rayos y truenos, y también ha ido lloriqueando a papá y mamá Bruselas porque Cristina les ha quitado el juguete a sus amiguitos accionistas de la multinacional. Pero papá y mamá le han dicho que, aun siendo un asunto que atenta contra las normas del capitalismo ortodoxo y salvaje, valga la redundancia, el problema es bilateral, y que de momento hará como Pilatos, seguir gobernando Europa como el cortijo en que la han convertido, y lavándose las manos en las cuestiones que afecten feamente a los integrantes del PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y Spain).

Argentina les ha quitado/expropiado, pagando a un precio que está por decidir, a los susodichos accionistas su máquina de hacer dinero a costa de los recursos naturales argentinos. El gobierno español, o los gobiernos en general, cuando privatizan/expropian empresas públicas solventes, como en su día era Telefónica, por ejemplo, para dársela a sus amiguetes, el robo es aún mayor, pues le quitan la empresa a los ciudadanos que con sus impuestos han levantado la empresa. A veces la privatización lleva las empresas a la ruina, como Iberia, o a tener beneficios ingentes, sobre todo para los directivos, a base de despedir trabajadores y de abusar en el sector respecto a la competencia.

Así que lo que ha hecho el gobierno de Cristina Fernández es recuperar para el pueblo argentino la gestión de sus recursos petrolífero/gasísticos saltándose las leyes no escritas del libre comercio/mercado, esa cosa tan mala. Lo curioso es que el 17 de septiembre de 1992 la propia Cristina Fernández, siendo diputada, apoyó la privatización de la entonces estatal YPF. Sorpresas te da la vida.

Me parece fenomenal que se nacionalicen empresas de sectores estratégicos, para evitar que los carroñeros financieros globales especulen y se forren estrangulando las economías locales. Otra cosa es que los que ahora van a gestionar esos recursos sepan/quieran hacerlo con acierto y no caigan en las mismas fechorías que los capitalistas, cosa que no sería de extrañar, por habitual. Pero al menos ahora está en manos de los argentinos (más o menos, que ya sabemos cómo son las “democracias” occidentales) el conseguir que eso no ocurra.

Al hilo de esta noticia y de la actitud del gobierno español, hace unos días dieron por La 2, una cadena seria, un reportaje sobre los “expolios” que la empresa norteamericana Odissey está haciendo en los barcos españoles cargados de oro y que naufragaron en el Atlántico. Salían algunos arqueólogos diciendo que estaban destrozando importantes fuentes para conocer la historia de España, además de quedarse por todo el morro con un patrimonio que pertenece a todos los españoles. Qué cosas.

En ningún momento dijeron que ese oro lo habían robado a sangre y fuego en la invasión de América, a cambio de muerte y destrucción. Hay una viñeta en la que se ve a un invasor cualquiera, pongamos Hernán Cortés o Pizarro, blandiendo la espada ante un nativo americano, al que grita: “¡Traemos cultura, educación, progreso!” Y el nativo le pregunta: “¿Y para qué es la espada, maestro?”. Sea YPF, sea aquel oro, sea el “¿por qué no te callas?”, siempre la misma actitud imperialista. De eso también sabemos un poco en Euskal Herria, casualmente ahora en nuestro particular quinto centenario de la conquista, a sangre y fuego también.

¿Cómo era ese refrán tan español...? Ah, sí: el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón.

lunes, 16 de abril de 2012

Miguel Angel Revilla

Estoy viendo un publireportaje de esta penosa ETB de Patxi López sobre ese ser llamado Miguel Angel Revilla. En fin. Un pobre idiota que se regodea en su idiotez, que ama mucho a Euskadi porque a su barco le puso "un nombre que significa grito, irrintxi, así, con te-equis, claro". Un macho alfa que iba por el mundo sin escoltas ("yo vine a Gernika en plena dureza del tema, a Gernika ¿eh?, sin guardaespaldas ¿eh?, a Gernika") pese a que cree que habría sido "un trofeo de caza importante con la justificación de que soy español, porque lo soy, que soy un enamorado del Pais Vasco, pero dentro de España, y que además soy una persona popular, pues qué más querían, ¿no?". Pues yo creo que a un bobo como él, la verdad que no.

Se relame de gusto cuando confirma que en el franquismo fue "presidente del sindicato de estudiantes vascos", aunque por lo bajinis se le escapa que era el SEU, el sindicato universitario franquista. Y no dice que en 1973 era responsable del sindicato vertical franquista en Torrelavega, el demócrata.

No hay que rascar mucho para que se le vea el ramalazo facha ("y me voy a por él y llamo a un general de aquellos que lo baje" (a un político madrileño que se refirió a Revilla como el tonto ese que se ha hecho famoso con las anchoas. Revilla, para compensar, al madrileño le llama baboso).

Y yo me pregunto: ¿Qué hago perdiendo el tiempo hablando de este charlatán, redicho, campechano (en el sentido monárquico de la palabra), mal perdedor ("que aquella bandera de la Concha era de Pedreña y se la dieron a Fuenterrabía y yo hice una réplica, como presidente del gobierno, parecida (este matiz será por lo del copyright), y la tienen allí colgada")? Pues eso, perder el tiempo. Pero es que le tenía ganas al carachorra este.