viernes, 1 de octubre de 2010

Alimentando la depresión

En mi país es delito hablar con representantes del partido que gobierna en Bolivia, impulsar un boicot contra los productos del Estado genocida de Israel, impulsar un boicot contra la empresa multinacional Coca-Cola, luchar políticamente contra la globalización criminal capitalista, recibir dinero obtenido legalmente por los votos obtenidos en unas elecciones, ser apoderado de una cuenta bancaria de una organización legal, difundir internacionalmente tu opinión sobre la situación política de tu país, promover una manifestación a favor de la libertad de expresión, además de todos los que ya teníamos coleccionados: promover una candidatura electoral de gente con todos sus derechos intactos, hablar de política para solucionar los problemas de tu país, exhibir fotos de personas sin siquiera mencionar sus presuntas cualidades, etc.

Delitos llamados así por nuestros vecinos del sur, que aplican su legislación sólo contra sus vecinos del norte, que somos nosotros. También podría citar la diferencia de condena por quemar un contenedor según seas del norte o del sur.

Un asco.

Me cuesta escribir en este invento, porque casi siempre es para echar pestes, y eso te va reconcomiendo y haciendo perder la esperanza.

Tengo dos hijas que son las únicas que me dan dosis de felicidad. Tengo que practicar lo de escribir cositas alegres y optimistas, porque si me cebo con todo lo demás no hay quien levante cabeza.

Se me olvidaba decir que los del norte somos los vascos, y los del sur los españoles. A estas alturas creo que ya no hacía falta ni recordarlo.