Dice el nuevo obispo de Donostia, Munilla, que a cuenta del debate sobre la nueva ley española sobre el derecho a abortar, lo que se está haciendo con la iglesia católica es como lo que hizo el régimen racista sudafricano con Nelson Mandela.
Pero, en mi opinión, la comparación, aparte de odiosa, es torticera. Ojalá la jerarquía católica tuviera que pasar por lo que pasó Mandela, para así pagar por los innumerables crímenes que esa cosa con sede en el Estado Vaticano ha cometido a lo largo de la historia.
Dice Antonio Basagoiti, delegado del Partido Popular en la sucursal de la Zona Norte, que en Euskal Herria (él dice Euskadi, que es muy vasco) habría un problema menos si los presos de ETA, empezando por Arnaldo Otegi, llegaran hasta el final en la huelga de hambre anunciada para dentro de unos días. Tal afirmación me legitima para decir que los vascos tendríamos un problema menos si un Boeing 747 impactara en el cráneo de Antonio Basagoiti. Aunque no albergo muchas esperanzas: por las cosas que dice, parece que ya antes ha pasado por ese trance, o similar. Y así se nos ha quedado.
Y dice también Basagoiti que no va a la entronización del tal Munilla para no politizar el nombramiento. Y acto seguido suelta que se alegra del nombramiento porque así el PNV y Batasuna pierden apoyos en el ámbito religioso/político/empresarial que es el negocio vaticano. Digno sucesor dejó el inefable Carlos Iturgaiz.
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